Inteligencia Emocional en la Escuela

Actualmente la Escuela ha evolucionado y se valora más a los alumnos activos que a los simples receptores de información. La idea que se pretende conseguir con este concepto es que la escuela se ha convertido en uno de los medios más importantes a través del cual el niño  aprenderá y se verá influenciado en todos los factores que conforman su personalidad. Esto nos lleva a que debemos enseñar a los alumnos a ser emocionalmente más inteligentes, dotarles de estrategias y habilidades emocionales básicas que les protejan de ciertos factores de riesgo.

Inteligencia Emocional

Goleman, 1995, ha llamado a esta educación de las emociones alfabetización emocional (también, escolarización emocional), y según él, lo que se pretende con ésta es enseñar a los alumnos a modular su emocionalidad desarrollando su Inteligencia Emocional.

Los objetivos que se persiguen con la implantación de la Inteligencia Emocional en la escuela son:

1. Detectar casos de pobre desempeño en el área emocional.

2. Conocer cuáles son las emociones y reconocerlas en los demás

3. Clasificarlas: sentimientos, estados de ánimo…

4. Modular y gestionar la emocionalidad.

5. Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias.

6. prevenir el consumo de drogas y otras conductas de riesgo.

7. Desarrollar la resiliencia (volver al estado natural tras una perturbación)

8. Adoptar una actitud positiva ante la vida.

9. Prevenir conflictos interpersonales

10. Mejorar la calidad de vida escolar.

Para conseguir esto será necesario que el profesor se convierta en modelo de equilibrio de afrontamiento emocional, de habilidades empáticas y de resolución serena, reflexiva y justa ante conflictos interpersonales. Algunas de las funciones de este profesor serán: percepción de necesidades, motivaciones, intereses y objetivos de los alumnos; La ayuda a los alumnos a establecerse objetivos personales; la facilitación de los procesos de toma de decisiones y responsabilidad personal; la orientación personal al alumno; y, el establecimiento de un clima emocional positivo, ofreciendo apoyo personal y social para aumentar la autoconfianza de los alumnos.

Vamos a puntualizar que para que se produzca un elevado rendimiento escolar, el niño debe contar con 7 factores importantes:

  • Confianza en sí mismo y en sus capacidades
  • Curiosidad por descubrir
  • Intencionalidad, ligado a la sensación de sentirse capaz y eficaz.
  • Autocontrol
  • Relación con el grupo de iguales
  • Capacidad de comunicar
  • Cooperar con los demás

Y para que el niño se valga de estas capacidades una vez se escolarice, no hay que poner en duda que dependerá mucho del cuidado que haya recibido por sus padres.

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